Cuarto hijo de un modesto médico, Rodrigo de Cervantes, y
de Leonor de Cortinas, vivió una infancia marcada por los importantes
problemas económicos de su familia, que en 1551 se trasladó a
Valladolid, en busca de mejor fortuna. Allí
inició el joven Miguel sus estudios, probablemente en un colegio de
jesuitas.
Cuando en 1561 la corte regresó a Madrid, la
familia Cervantes hizo lo propio, siempre a la espera de un cargo
lucrativo. La inestabilidad familiar y los problemas de su padre
(que en Valladolid fue encarcelado por deudas) determinaron que su
formación intelectual, aunque extensa, fuera más bien improvisada. Aun
así, parece probable que frecuentara las universidades de Alcalá de
Henares y Salamanca, puesto que en sus textos aparecen copiosas
descripciones de la picaresca estudiantil de la época.
En 1569 salió de España, probablemente a causa
de algún problema con la justicia, y se instaló en Roma, donde ingresó
en la milicia, en la compañía de don Diego de Urbina, con la que
participó en la batalla de Lepanto (1571). En este combate naval contra
los turcos fue herido de un arcabuzazo en la mano izquierda, que le
quedó anquilosada.
Cuando regresaba de vuelta a España tras varios
años de vida de guarnición en Cerdeña, Lombardía, Nápoles y Sicilia
(donde había adquirido un gran conocimiento de la literatura italiana),
la nave en que viajaba fue abordada por piratas turcos (1575), que lo
apresaron y vendieron como esclavo, junto a su hermano Rodrigo, en
Argel. Allí permaneció hasta que, en 1580, un emisario de su familia
logró pagar el rescate exigido por sus captores.
Ya en España, tras once años de ausencia, encontró a su familia en una
situación aún más penosa, por lo que se dedicó a realizar encargos para
la corte durante unos años.
En 1584 casó con Catalina Salazar de
Palacios, y al año siguiente se publicó su novela pastoril La Galatea.
En 1587 aceptó un puesto de comisario real de abastos que, si bien le dio más de un problema con los campesinos, le permitió entrar en
contacto con el pintoresco mundo del campo que tan bien
reflejaría en su obra maestra, el Quijote.
Introducción a Don Quijote
El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha es la obra cumbre de Miguel de Cervantes
Saavedra, y una de las obras más influyentes de la literatura española y
hasta de la literatura universal. Además, se le considera la primera
novela moderna.
Consiste en dos partes que se publicaron en 1605 y 1615. Es
una parodia de los libros de caballería en la que abundan los sucesos
graciosos, pero que a la vez critica la sociedad española de la época.
Su trascendencia está en que nos hace reflexionar sobre los grandes
temas de la condición humana, como la fe, la justicia, la realidad y el
amor.
El argumento
Es la historia de un hidalgo de la Mancha de unos 50 años que tras leer
muchos libros de caballería, un género popular en siglo XVI, decide
disfrazarse de caballero andante y embarcarse en una serie de aventuras
con su viejo caballo Rocinante.
Tiene como fin "irse por todo el mundo con sus
armas y caballo a buscar las aventuras y a ejercitarse en todo aquello
que él había leído que los caballeros andantes se ejercitaban,
deshaciendo todo género de agravio y poniéndose en ocasiones en peligro
donde cobrase eterno nombre y fama".
Siguiendo la tradición caballeresca, don Quijote se encomienda a Dulcinea del Toboso, una figura imaginada por el protagonista.
En el mundo de Quijote, nada es lo que aparenta ser. Los molinos son
gigantes, las ventas son castillos, las plebeyas son princesas, y los
títeres son moros. Durante estas andanzas los caminos de don Quijote y
Sancho Panza se cruzan con otros personajes que cuentan sus historias.
Pero no todas las aventuras son divertidas ni graciosas en algunas,
especialmente en la segunda parte, Don Quijote y Sancho Panza se
convierten en los blancos de burlas y engaños. Al final, don Quijote ya
no es el personaje cómico y burlesco. Vencido por el desengaño, nuestro
protagonista recupera la cordura pero pierde la vida.
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